ASFALTO Y EMPEDRADO











No es alguien, 
no es cualquiera.
No es convencerte: 
tenemos mucho en común, 
pertenecemos a la especie humana 
y oh casualidad, 
parece que le gusto. 
Bueno, 
yo también me gusto. 
Algunas veces, 
de a ratos, 
con la luz adecuada
y la sombra lejos. 
Y ni hablar de la enorme ventaja 
evolutiva de la que gozo 
que es no ser alguien de pies fríos. 
No necesito a nadie 
que venga a ratificarme 
ni a rectificarme. 
Lo que necesito 
es alineación y balanceo. 
Revisar el arranque, 
que a veces se ahoga, 
el líquido refrigerante 
que de vez en cuando 
me juega malas pasadas, 
y bueno, esos ruidos. 
Todos esos ruidos…
Antes con tanto traqueteo 
no los escuchaba.

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