WISHLIST

















Quiero una aspiradora robot

de esas que van a cargarse solas cuando tienen poca batería.

Quiero una almohada inteligente que disipe pesadillas.

Quiero muchas guirnaldas de luces amarillas,

que mi casa sea como una kermesse

en donde la principal atracción seas vos,

claro, cuando vengas.

Todavía estoy a tiempo (dice el mail)

de aprovechar tantas ofertas

Y yo tengo mis dudas,

y bastantes deudas.

Quiero un montón de cosas, ¡ya sé!

Y la economía está tan en crisis

como la respectiva evaluación de nuestros egos.

Lo que no entiendo, te juro,

es cómo unos algoritmos berretas

que se la pasan cruzando ceros y unos

sepan más de mí que yo,

y que vos,

que das más vueltas que una bola de leds con forma de estrellas

de esas para poner en el cuarto

con alimentación a 220 y también carga USB.

Esa bola la quiero,

y cualquiera que me des, 

lo que sea que supere tu torpe stalkeo.

Andá a saber qué nos depara el destino

o qué extraña combinación de big data hace Google

cuando en mi wishlist 

vea  tu nombre puesto.

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