DM
Desde mi mirada hasta tu cuerpo
se ha delineado un ondulante
camino de posibilidades.
Cumplo los ritos,
“danza del apareamiento digital”
(los llama un amigo)
Se van uniendo los puntos,
pero mi mapa no tiene referencias,
sólo fronteras.
No sé dónde
detenerme a descansar
que no sea
en el foco de la tormenta.
No hay mejor forma
de que me malentiendan
que diciendo la verdad.
Tengo la esperanza
rasgada como una tela,
y se me nota.
Voy y vengo,
no hay caso.
No me importa
que nos crucemos
en el exacto momento
en que la noche
mastica las sobras
de un largo bajón.
El rimmel se corre
y no es lo único,
que se corre.
Voy y vengo,
no hay caso.
No logro distinguir
si que me vieras
es un presagio
de la dicha o el desencanto.
Llega un mensaje,
estás en la puerta
Y yo,
bajo a atenderte
como si nada.
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