JAURÍA
Me dijiste que pasaste
una noche de perros
y que la jauría es toda mía.
Debería compadecerme,
pero no deja de ser
una hermosa ironía
que hasta en tu insomnio
aparezca
mordisqueándote,
oliéndote,
mirándote desde abajo
como un animal salvaje.
Te agradezco el detalle
de creerme tan peligrosa,
pero es sólo una imagen
y como toda imagen, engañosa
Podrías sacame a pasear
con o sin correa.
Prometo no morderte los borcegos
cuando esté aburrida.
Haceme lugar en el sillón,
mientras vos leés
yo voy a hociquear el sol
que entra desde el patio
con olor a cilantro y menta.
Pasemos el día así,
sin urgencias.
Y a la noche me decís
si me subo a tu cama,
si te sigue el insomnio
o si mi ronroneo te relaja
cuando me rascás la panza.
Comentarios
Publicar un comentario